«Pese a los avances en la educación, el mundo sigue siendo un lugar violento y discriminatorio para las niñas»

Por Redacción Amecopress

25 años después de la histórica conferencia de Beijing sobre la mujer, la violencia contra las mujeres y las niñas no solo es frecuente, sino que se acepta

Madrid, 4 mar. 20. AmecoPress. – Cada vez es mayor el número de niñas que van a la escuela y permanecen en ella, pero los grandes avances logrados en materia de educación no han contribuido a crear un entorno más equitativo y menos violento para las niñas, según han advertido hoy en un nuevo informe UNICEF, Plan International y ONU Mujeres.

El informe, publicado en vísperas del 64º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, señala que el número de niñas que no asisten a la escuela ha disminuido en 79 millones en las últimas dos décadas. De hecho, en los últimos diez años las niñas han tenido más probabilidades que los niños de asistir a la escuela secundaria.

Sin embargo, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo habitual. En 2016, por ejemplo, las mujeres y las niñas constituían el 70% de las víctimas de trata detectadas en todo el mundo, la mayoría de ellas con fines de explotación sexual. Es sorprendente que una de cada 20 niñas de 15 a 19 años–alrededor de 13 millones– haya sufrido un acto de violación en su vida, una de las formas más violentas de abuso sexual que pueden sufrir las mujeres y las niñas.

“Hace 25 años, los gobiernos del mundo asumieron un compromiso con las mujeres y las niñas, pero solo han cumplido parcialmente su promesa. Aunque la comunidad internacional ha demostrado la voluntad política necesaria para enviar a muchas niñas a la escuela, ha fracasado vergonzosamente a la hora de dotarlas de las aptitudes y el apoyo que necesitan no solo para labrarse su propio futuro, sino para vivir con seguridad y dignidad”, afirma la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore. “El acceso a la educación no es suficiente, debemos también cambiar los comportamientos y las actitudes hacia las niñas. La verdadera igualdad solo llegará cuando todas las niñas estén a salvo de la violencia, sean libres de ejercer sus derechos y puedan disfrutar de las mismas oportunidades en la vida”.

El informe, A New Era for Girls: Taking stock on 25 years of progress (Una nueva era para las niñas: balance de 25 años de progreso), se ha publicado como parte de la campaña Generación Igualdad, así como para conmemorar el 25o aniversario de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, un plan histórico para promover los derechos de las mujeres y las niñas.

“Es esencial que recordemos a los gobiernos su obligación de rendir cuentas de su compromiso con la histórica Declaración de Beijing, y este informe presenta la situación de las mujeres del mundo 25 años después”, declara la directora general de Plan International, Anne-Birgitte Albrectsen. “Las niñas adolescentes, en particular, sufren una mayor discriminación debido a su edad y género. También siguen estando marginadas en sus comunidades y en los espacios donde se toman las decisiones, y son en gran medida invisibles en las políticas gubernamentales. El empoderamiento de las adolescentes produce un triple beneficio social: para las niñas de hoy, para las adultas en las que se convertirán y para la próxima generación de niños. Si no lo comprendemos y no ponemos fin a la discriminación a la que se siguen enfrentando las niñas en todo el mundo, tendremos pocas posibilidades de alcanzar las ambiciones de igualdad de género establecidas en la Agenda 2030”.

“Desde la Conferencia de Beijing en 1995, cuando surgió un enfoque específico sobre los temas relacionados con las niñas, hemos escuchado cada vez más a las niñas hacer valer sus derechos y pedirnos cuentas. Sin embargo, el mundo no ha cumplido con sus expectativas en cuanto a una administración responsable del planeta, la erradicación de la violencia y sus esperanzas de independencia económica”, asegura la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka. “Mientras las mujeres y las niñas tengan que emplear el triple de tiempo y energía que los hombres en las tareas domésticas, la igualdad de oportunidades para que las niñas completen su educación y encuentren buenos trabajos en un entorno seguro seguirá estando fuera de su alcance. Por el bien de todos eso tiene que cambiar, y garantizar que las habilidades que se enseñan a las niñas sean las adecuadas para los nuevos trabajos tecnológicos y digitales del futuro, y que acabe que la violencia contra ellas”.

Las niñas de hoy en día corren un riesgo alarmante de sufrir violencia en todos los entornos –tanto online como en el aula, el hogar y la comunidad–, lo que conlleva consecuencias físicas, psicológicas y sociales. El informe señala que las prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina siguen alterando y dañando las vidas y el potencial de millones de niñas en todo el mundo. Cada año, 12 millones de niñas se casan cuando son niñas y 4 millones corren el riesgo de ser sometidas a mutilación genital femenina. A nivel mundial, las niñas de 15 a 19 años de edad tienen las mismas probabilidades que los niños de la misma edad de justificar el maltrato de un hombre a su esposa.

En el informe también se señalan tendencias negativas para las niñas en materia de nutrición y salud, muchas de las cuales eran inimaginables hace 25 años. Por ejemplo, la globalización, el cambio de la alimentación tradicional por alimentos procesados y poco saludables y la rápida expansión de técnicas de comercialización agresivas dirigidas a los niños, han dado lugar a un mayor consumo de alimentos poco saludables y de bebidas azucaradas. Esto ha contribuido a un aumento del sobrepeso y la obesidad en la infancia y la adolescencia. Entre 1995 y 2016, la prevalencia del sobrepeso en las niñas de 5 a 19 años de edad casi se ha duplicado, pasando del 9% al 17%, y esto ha dado lugar a que el número de niñas con sobrepeso sea casi el doble en la actualidad (155 millones) que en 1995 (75 millones).

Al mismo tiempo, en los últimos 25 años se ha observado una creciente preocupación por los trastornos psicológicos, causados a menudo por el uso excesivo de las tecnologías digitales. En el informe se señala que el suicidio es actualmente la segunda causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años, superada únicamente por las patologías maternas. Las niñas también siguen corriendo un alto riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, ya que 970.000 adolescentes de 10 a 19 años de edad viven actualmente con el VIH, en comparación con las 740.000 que había en 1995. Las adolescentes de 10 a 19 años siguen representando alrededor de 3 de cada 4 nuevas infecciones entre los adolescentes de todo el mundo.

En el informe se pide que se adopten las siguientes medidas:

- Celebrar y ampliar las oportunidades para que las niñas de todos los orígenes geográficos y éticos, y niveles de ingresos y de condición social, se muestren audaces y ambiciosas para convertirse en agentes en favor del cambio y en creadoras de soluciones, aportando sus voces, opiniones e ideas en diálogos, plataformas y procesos que se relacionen con sus cuerpos, sus comunidades, su educación y su futuro.

- Aumentar las inversiones en políticas y programas para ampliar los modelos prometedores que aceleran el progreso para las adolescentes y con ellas, en consonancia con la realidad del mundo actual, incluido el fomento de sus aptitudes para la cuarta revolución industrial y un movimiento generacional para poner fin a la violencia de género, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.

- Aumentar las inversiones en la producción, el análisis y la utilización de datos e investigaciones de alta calidad desglosados por edad y sexo en esferas en que los conocimientos son limitados, como la violencia de género, la adquisición de aptitudes para el siglo XXI, la nutrición de los adolescentes y la salud mental.

Foto: Cedidas por UNICEF España

 

Las mujeres con VIH sufren más violencia

Madrid, 04 marzo. 2020. AmecoPress.- Las personas con VIH son víctimas con mayor frecuencia de abusos y las mujeres más, según alerta un estudio realizado por un equipo de investigadores e investigadoras del Hospital Vega Baja de Orihuela, del Hospital General Universitario de Elche, del Hospital Universitario de Elda y de la Fundació per al Foment de la Investigació Sanitària i Biomèdica de la Comunitat Valenciana (Fisabio). El estudio ha sido realizado con 94 pacientes, de los cuales el 24,4% de personas ha sufrido violencia intrafamiliar y el 31,4% de las mujeres son víctimas de violencia de género, con una incidencia superior a la de los hombres (23,7%) y una mayor duración en el tiempo (hasta los 36 meses).

Los datos de este estudio del Hospital de Orihuela reflejan la tendencia de violencia hacia las mujeres en todo el mundo. Globalmente el 35% de las mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida. ONUSIDA señala que, en algunas regiones, las mujeres que son víctimas de la violencia tienen un 50% más de probabilidades de contraer la infección por el VIH. Las mujeres con VIH, tienen un factor de riesgo añadido para la violencia y, según el estudio de Gielen de 2005, tienen peores indicadores de salud mental cuando sufren situaciones de violencia. Además, según ONU Mujer, existe una significativa amenaza de que se reviertan los logros feministas: “A día de hoy, ningún país puede pretender alcanzar la igualdad de género. Hay una serie de obstáculos que permanecen sin cambios en la legislación y en la cultura”.

“El Pacto de Estado contra la violencia de género no recoge las necesidades específicas de protección de las mujeres con VIH”, reclama Carmen Martín, portavoz de la Comisión de Mujeres de CESIDA y coordinadora de la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida (ACCAS). “El nuevo escenario político amenaza los derechos de las mujeres y no podemos permitirnos dar ni un paso atrás en igualdad.”

“Pedimos a Irene Montero y al Ministerio de Igualdad una respuesta unánime a todas las formas de violencia”, reivindica Carmen, en nombre de la Comisión de Mujer de CESIDA, “Las mujeres y las niñas sufren múltiples formas de violencia en el hogar y en espacios públicos. También es violencia la exclusión social, no tener acceso a una sanidad universal real, que las mujeres migrantes con permiso de residencia no puedan tener acceso al tratamiento antirretroviral o que se den cifras de mayor insatisfacción sexual en mujeres seropositivas”.

Para hablar de las formas de violencia feminizada la organización ACCAS ha colaborado en organizar en Santander esta semana varias representaciones de los “Monólogos de la Vagina”, que dan voz a más de 200 entrevistas realizadas a mujeres sobre su sexualidad, su placer, situaciones de abuso y violencia en menores y adultas, mujeres trans, etc. “También hay monólogos felices que hablan del clítoris como órgano destinado únicamente al placer y con unas 8.000 terminaciones nerviosas. Un ‘botón de placer’”, comenta Carmen, al frente de este proyecto.

Las cifras publicadas por la Organización Mundial de la Salud muestran que más de la mitad de las mujeres europeas tienen un diagnóstico tardío del VIH, lo que significa que se detecta cuando su sistema inmunitario está más debilitado, lo que afecta también a su calidad de vida posterior. Además de diagnosticarse más tarde, un estudio publicado en Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes y recogido por GTT (Grupo de Trabajo sobre tratamientos del VIH) expone que las mujeres mayores con el VIH tendrían un peor estado físico y una peor calidad de vida que los hombres con el VIH de edades similares. Sin embargo, estas mujeres presentaban mejores datos clínicos que los hombres, pero influye negativamente el rol de cuidadoras de las mujeres en su estado de salud.

“En sintonía con las conclusiones del artículo, consideramos que los gestores del sistema sanitario y quienes desarrollan las políticas sociales deben tener en cuenta el gran reto de atender a las necesidades de envejecimiento de las personas con el VIH”, reivindican las integrantes de la Comisión de Mujeres de CESIDA.

Foto: Algunas de las mujeres que participan en la Comisión de Mujeres CESIDA / CESIDA.

El 016 atenderá a las víctimas de todas las formas de violencia

Por Gloria López

Madrid, 06 marzo. 2020. AmecoPress.- La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha comparecido ante los medios de comunicación este jueves 05 de marzo en la sede del Ministerio de Igualdad. En su balance, ha prestado especial atención a las mujeres mayores víctimas de violencia de género, además de enfatizar en la necesidad de no vincular la denuncia únicamente a la vía penal. Además ha anunciado mejoras en el servicio telefónico del 016 de atención a víctimas de violencia machista con el objetivo de que atienda llamadas relacionadas con «todas las formas de violencia contra las mujeres» y para que sus trabajadoras dejen de ser consideradas teleoperadoras.

En la rueda de prensa Rosell ha explicado que el Ministerio de Igualdad ya tiene preparados los pliegos del concurso público de licitación para adjudicación del 016 con una «mejora sustancial», para sustituir al actual que vence en junio (aunque es probable que haya retraso).

Uno de los avances principales es que el teléfono incluirá no solo la violencia dentro de la pareja o expareja, sino también la violencia sexual, mutilación genital femenina, matrimonio forzoso, acoso laboral y trata con fines de explotación sexual, en cumplimiento con el Convenio de Estambul.

Para mejorar este servicio, el Gobierno ampliará la dotación económica del contrato del teléfono 016 hasta los 1,9 millones de euros, de los cuales, la mayor parte irán destinados a contar con más personal, entre las que habrá más efectivos con «perfil de psicología», y a mejorar también las condiciones laborales de las personas que trabajan en este servicio –ña mayoría mujeres-. Así, se exigirá la aplicación del convenio de Intervención y Acción Social y no el de call center –que rige en estos momentos-. «Hay que cuidar a quién cuida», ha dicho Rosell.

En paralelo a la atención en el teléfono 016, se creará un chat on line para facilitar el contacto con las mujeres jóvenes y adolescentes, que «son más propicias a las nueva tecnologías que a llamar», y también se adaptará el chat a personas con discapacidad visual.

Los pliegos contemplan dar mayor puntuación a las empresas que promuevan medidas por la conciliación y contra el acoso y exigirán que sean empresas ubicadas en el territorio nacional.

Rossell, que ha comenzado condenando en nombre de todo el Gobierno el asesinato machista de Concepción, una mujer de 67 años en Posada, Córdoba, ha dicho que el Ministerio de Igualdad está trabajando para ampliar la cobertura a mujeres mayores de 65 años que sufren violencia de género, pues son las que menos denuncian y las que más años la aguantan antes de verbalizarla, según un estudio presentado en diciembre por la Delegación del Gobierno contra la violencia de género. «Faltan políticas activas» para ellas, ha denunciado.

La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género ha informado que ese será uno de los temas centrales que quiere tratar en la próxima Conferencia Sectorial de Igualdad. Otro de los asuntos que se abordarán será el llamado título habilitante, es decir, el reconocimiento oficial de las víctimas más allá de que denuncien. Este mecanismo, necesario para acceder a determinadas ayudas y derechos, ya está en vigor, pero todavía es poco conocido y no se ha dotado de los recursos necesarios para su implementación, por lo que se revisará en la próxima reunión con las comunidades autónomas.

El objetivo es que la atención y protección de las mujeres víctimas «no dependa solo» del proceso policial y judicial, sino que pueda producirse si «verbaliza» su situación ante los servicios sociales, sanitarios y especializados. Esto es importante para todas las mujeres, pero especialmente para quienes viven en el mundo rural.

Foto: Archivo AmecoPress.

La educación afectivo-sexual como herramienta para combatir la violencia de género

Por Raquel Zapata González

Madrid, 6 marzo. 2020. AmecoPress.- La polémica del llamado “Pin Parental” ha puesto en duda la necesidad de introducir en las aulas la educación afectivo-sexual. A raíz de la implantación en Murcia de la posibilidad de vetar determinados contenidos y enfoques por parte de madres y padres en las escuelas, no ha dejado de crecer el debate aunque a menudo sin profundizar en los efectos que a largo plazo la ausencia o presencia de la educación afectivo sexual puede tener. Desde el feminismo se plantea como una opción para acabar con los estereotipos, los roles y la violencia de género.

El mito del amor romántico es algo de lo que todas las personas hemos oído hablar e incluso hemos vivido, pero ¿sabemos cuáles son las consecuencias de concebir el amor a través de él? La experta en Estudios de Género, Inma Mora Sánchez, explica que este mito se basa en una idea muy concreta de lo que debería ser el amor perfecto. “Si nos fijamos en las grandes historias de amor con las que hemos crecido, vemos elementos que siempre se repiten: la pareja está formada por un hombre y una mujer que se complementan, el amor verdadero da sentido a la propia existencia, vivir sin la persona amada es imposible, los celos se presentan como un signo de amor verdadero, para amar hay que sufrir, solo hay un amor verdadero en la vida, es un amor que nunca termina, el amor es lo único que puede darnos la felicidad absoluta…”, argumenta la experta.

Todo esto constituye un relato que vemos en infinidad de productos culturales. Aunque los mitos y creencias van evolucionando con el tiempo y se adaptan a los cambios sociales, el argumento de fondo sigue siendo muy parecido. En los últimos años, el feminismo y los estudios de género han cuestionado este relato. Inma Mora aclara que cada vez aparecen más historias que narran otro tipo de amor, pero que aun así es difícil escapar de este ideal romántico. “Quizá vemos cada vez más historias de amor entre personas del mismo sexo, pero… ¿cómo es la relación entre ellas? Vemos parejas diversas, pero la idea de encontrar el amor verdadero y que este dure para siempre sigue aún muy presente”, esclarece.

“¿Quién no ha deseado alguna vez encontrar la pareja “perfecta” y vivir feliz para siempre con una persona?”, plantea la experta. Esto es algo que, inevitablemente, la gran mayoría de las personas piensa o busca. Es un modelo muy peligroso, ya que basa la felicidad individual en otra persona y en el vínculo que se establece con ella. “Cuando esta relación deja de funcionar o la otra persona no es como esperábamos, porque nunca será perfecta, toda nuestra vida deja de tener sentido”, determina Inma Mora. El mito del amor romántico lleva, por lo tanto, a la creación de relaciones basadas en la dependencia, donde nuestra felicidad depende de otra persona en lugar de recaer sobre cada una de nosotras y de nosotros. Además, es un modelo donde los roles de género de lo que se entiende por “hombre” y por “mujer” están muy marcados.

La educación afectivo-sexual se concibe como una opción para que las nuevas generaciones aprendan a crear vínculos con otras personas de forma saludable, evitando los roles, los estereotipos y que su felicidad recaiga sobre otras personas; sin embargo, no es la única concepción que existe sobre ella. Desde que se implantó el “Pin Parental” en los centros educativos de la región de Murcia, en España no se ha dejado de debatir sobre si este tipo de educación es necesaria o no. De hecho, incluso hemos podido ver manifestaciones tanto a favor como en contra en distintos puntos del país.

La Comisión del 8M estatal, que está formada por diversas asambleas feministas de toda España, pide que la educación afectivo-sexual forme parte del curricular de la ley de educación y que se imparta por profesionales en todas las etapas educativas, ajustando el contenido a cada una de ellas de forma consecuente. La agrupación, explica que, según la Constitución, padres y madres pueden decidir qué tipo de educación reciben sus hijos, pero que esto hace referencia a las clases extraescolares. “Aquí está el problema. La educación afectivo-sexual se plantea como extraescolar, por ello, pedimos que se introduzca en el curricular, para evitar este dilema”, justifica el organismo feminista.

La Comisión ha reivindicado que la enseñanza afectivo-sexual libre de estereotipos es fundamental para que cada niña y niño gane autoestima y libertad. Aceptar tu propio cuerpo y el de los demás cuando te vas desarrollando y construir tu identidad sexual de forma libre son dos puntos vitales que ayudan a que la salud mental de las personas mejore. Además, es importante que esta educación se dé a lo largo de todas las etapas de la educación, ya que vamos configurando nuestra identidad personal desde que accedemos al colegio.

El hecho de que adolescentes perciban el amor romántico como único modelo no solo trae consigo desigualdades dentro de la pareja, sino que tiene consecuencias personales para cada una de las partes. Inma mora explica que, a nivel personal, trae consigo falsas expectativas como, por ejemplo, pensar que el amor va a solucionar nuestra vida y va a ser nuestra fuente de felicidad. “El amor puede ser parte de nuestra vida y puede generarnos mucha felicidad, pero no puede ser el centro de nuestra propia existencia porque si este falla se derrumba todo nuestro mundo, lo que puede convertirse en un fracaso vital”, esclarece.

El hecho de que la felicidad dependa de otra persona nos hace vulnerables, e incluso podemos llegar a ceder en situaciones que nos desagradan solo para permanecer al lado de esa persona, dejando que mine nuestra integridad personal. “La idea del amor romántico nos dice que el amor es lo más importante y que, en nombre del amor, debemos renunciar a todo, debemos elegir siempre el amor y darle prioridad sobre todas las cosas”, dice la experta. Este mensaje es peligroso porque la historia no se nos cuenta igual a hombres y a mujeres. “En una sociedad machista, son las mujeres quienes suelen renunciar a todo en nombre del amor. Mientras que a nosotras se nos enseña a cuidar y a convertirnos en una buena madre y esposa, a ellos se les enseña a luchar, a tener un papel activo y a luchar por sus sueños”, argumenta Inma.

La violencia de género es el resultado de una cultura patriarcal que nos enseña roles distintos a hombres y mujeres, dilucida la experta. Cómo se debe comportar una mujer y un hombre dentro de una relación afectiva son dos de esos roles, que, además, son los causantes de una desigualdad debido al papel dominante que se le otorga al hombre. La existencia de roles tan diferenciados y marcados trae consecuencias negativas para ambos, pero sobre todo para las mujeres ya que “la concepción del amor romántico puede hacer más vulnerables a las niñas y a las mujeres de cara a sufrir algún tipo de violencia de género en el futuro”, concluye la especialista.

“La educación afectiva es fundamental para nuestro desarrollo y para poder vivir relaciones sanas”

Normalmente, cuando hablamos de violencia de género, lo primero que nos viene a la cabeza en materia de parejas son matrimonios o personas, ya de una edad avanzada, que mantienen una relación estable. No solemos pensar en las jóvenes de 16 años, pero lo cierto es que también la sufren. De hecho, interiorizarla desde jóvenes es asentar una base para que cuando las niñas o adolescentes crezcan vean normalizadas ciertas conductas dañinas o irrespetuosas de sus parejas hacia ellas.

Cuando una adolescente se ve envuelta en violencia de género, no la etiqueta como tal a menos de que anteriormente le hayan enseñado que eso que le está ocurriendo es violencia. Inma Mora, explica que, si queremos acabar con las desigualdades entre hombre y mujeres, necesitamos una educación que nos ayude a percibir y a ver esas desigualdades y, sobre todo, que nos ayude a construir relaciones entre iguales. “La educación afectiva es fundamental para nuestro desarrollo y para poder vivir relaciones sanas”, aclara la especialista. Así pues, socializar y educar a todos los jóvenes con perspectiva de género se concibe como algo fundamental para evitar caer en la violencia.

Además, la literatura, las películas, las series y la música no suelen ayudar a que las jóvenes sepan identificar la violencia ya que, estos productos, en ocasiones suelen justificarla o normalizarla. La experta en género comenta que las relaciones de pareja y la sexualidad están muy presentes en los productos culturales destinados a adolescentes. “No se trata de censurar libros, películas o música, ya que forman parte de nuestra historia y de nuestra cultura, pero si que tenemos que aprender a leer esa cultura y a entender el contexto en el que ha sido creada”, concluye.

Identificar la violencia de género en la adolescencia es muy difícil ya que es una etapa en la que se experimentan muchos cambios físicos, emocionales y de comportamiento que pueden hacer que el maltrato pase desapercibido al considerar que son cambios propios de esta etapa. El entorno lo tiene difícil a la hora de detectarla. Ante esto, que padres y madres tengan relaciones de confianza con sus hijas es determinante a la hora de que ellas se sientan seguras y puedan transmitir si tienen algún problema.

También se puede dar la situación de que padres y madres no puedan detectar síntomas que indiquen que su hija se encuentra en una relación “poco saludable” con su pareja debido a que la propia adolescente vive en un entorno familiar de violencia. Inma Mora explica que la violencia de género se da en todos los ámbitos y en contextos muy distintos, pero vivir en un entorno familiar violento hace que salir de una situación de violencia de género sea aún más complicado. Contar con una red de apoyo es fundamental para afrontar una situación de violencia de género y el entorno en el que viva una adolescente es clave.

Por ello, es importante que, por un lado, profesores y profesoras tengan formación en prevención de la violencia de género para que sean capaces de identificar situaciones de maltrato y, por otro lado, que se realice formación para la igualdad dirigida a jóvenes. Inma añade que “es esencial que las instituciones públicas ofrezcan todo el apoyo y los recursos necesarios para que las jóvenes puedan identificar la violencia de género -ya sea la que sufren dentro del hogar o en sus relaciones de pareja- y sean capaces pedir ayuda en caso de que fuera necesario”.

Así pues, la educación afectivo-sexual se presenta como una alternativa eficaz para combatir los roles, los estereotipos, el mítico mito del amor romántico y una de sus consecuencias más terribles como la violencia de género. Sin olvidar que permite a las y los adolescentes que sean quien quieren ser sin presiones, enseñándoles a amar su cuerpo y a no tener miedo de ser quienes son. El debate continúa y continuará, sin embargo, las personas expertas en género lo tienen claro, la enseñanza afectivo-sexual es necesaria para construir identidades con libertad y relaciones sanas basadas en el apoyo mutuo, la independencia personal y la libertad. La educación puede solucionarlo, pero para ello debe amparar una serie de valores.

Foto: Archivo AmecoPress / 1) Foto de Pixels; 2) Foto de Piqsels.
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¡Los hombres NO sufren violencia de género!

Cualquier situación de violencia que querramos resolver implica caracterizar adecuadamente a la misma. Afirmar que “toda violencia es igual” o la moralina de “toda violencia es mala” es no tener un correcto diagnóstico y conocimiento de qué tipo de violencia nos ocupa, lo que va a impedir la elaboración de certeras estrategias para resolverlas.

Por Enrique Stola

¡Los hombres NO sufren violencia de género!

¡Los hombres NO sufren violencia de género!

No es lo mismo trabajar para evitar la violencia institucional en una cárcel que tomar medidas para erradicar la violencia obstétrica, o idear un plan para eliminar la violencia en los eventos deportivos, el bullying, o la violencia contra las mujeres o hacia el colectivo LGTBII

Es muy claro que las organizaciones machistas-masculinistas con sus consignas de adhesión a la dominación masculina quieren instalar la creencia de que los hombres también sufren violencia de género:

Es frecuente la pregunta ¿Hay hombres que sufren violencia por parte de mujeres? La respuesta es Si. ¿Hay mujeres violentas? Si. ¿Y que tiene de raro o cuál es la noticia de que haya mujeres violentas? Ninguna. Reconocerlo es romper estereotipos macho-sexistas que nos dicen que una mujer debe ser “delicada, comprensiva, no violenta, no agresiva, sensible” y algunas idioteces más.

Al pertenecer las mujeres al género humano tienen todos los atributos del llamado ser humano, por lo que mujeres, hombres y otras identidades pueden ejercer la misma intensidad de violencia, pero NO ejercer ni sufrir las mismas violencias.

¿Puede un hombre sufrir violencia obstétrica? No. ¿Puede un hombre sufrir violencia política por ser hombre? No. Y así con otras violencias. Pero siendo las mujeres pertenecientes al mismo género humano, hay un conjunto de variables que ellas no poseen por el solo hecho de ser mujeres.

Lo que no tienen las mujeres en ninguna parte del mundo es un sistema socio-económico-cultural que privilegie la figura femenina por sobre la masculina. Ellas carecen de una estructura mundial desde la cual gerenciar todos los poderes y riquezas por propio derecho. Tampoco poseen el poder de imponer una visión femenina y organización del mundo, designar el lugar que deben ocupar los hombres, sentirse sus dueñas y contar con una organización del tiempo y espacio que privilegie sus intereses. Más aún, no pueden disponer del cuerpo de los hombres, violarlos masivamente, dictaminar cómo deben ir vestidos, las limitaciones que los machos tendrían en el espacio público femenino y tampoco poseen una justicia con “valores universales” que las beneficien. Por eso cuando una mujer ejerce violencia contra un hombre solo se usa la categoría que prescribe el código penal pues no hay contexto socio-económico-cultural que de apoyo y sostén a la violencia femenina.

En nuestro mundo solo existen sociedades patriarcales con ejercicio de la dominación masculina en donde las mujeres están en una posición de subordinación respecto a los varones y, por lo tanto, desde el sistema simbólico patriarcal las violencias machistas simbólica, psicológica, física, económica, etc., ejercida contra ellas tienen aval social: eso es la violencia de género, eso es la violencia machista al servicio de disciplinar a las mujeres y mantenerlas en situación de subordinación.

La narrativa que el sistema simbólico patriarcal y el pensamiento hegemónico androcéntrico han impuesto hasta el momento es establecer una analogía entre violencia de género (VG) y violencia de género extrema (VGE), siendo que ésta última es sólo un instrumento de la primera. Esa maniobra patriarcal oculta las otras violencias contra las mujeres y fundamentalmente hace muy difícil detectar los indicadores de la violencia simbólica que es el más eficaz de los instrumentos de la dominación masculina.

Machos, mujeres y otras personas colonizadas por el machismo, ya es hora de que acepten lo que los feminismos hicieron evidente: desde su nacimiento las mujeres son las que sufren Violencia de Género y millones de ellas no llegan a la vejez por el solo hecho de ser mujeres.

 

35 COSAS QUE MEJORAN CUANDO EMPIEZAS A QUERERTE

Quererse a una misma es el primer paso para lograr que los demás nos quieran bien. Porque cuando empezamos a respetarnos a nosotras mismas suceden cosas que acaban repercutiendo muy positivamente en nuestras relaciones personales.

Quererse a una misma está muy relacionado con la manera en la que los demás nos quieren y la forma en la que permitimos que nos quieran. Si queremos amar bien a las demás personas y que los otros nos traten de una manera saludable, debemos empezar por respetarnos a nosotras mismas, por trabajar nuestra autoestima.

Cuando empiezas a quererte, cuando mejora tu autoestima, suceden cosas importantes. He aquí la lista de las 35 que yo considero más imporantes:

  1. Aprendes a distinguir los buenos y los malos tratos.
  2. Confías en ti misma.
  3. Aprendes a cuidarte y a protegerte.
  4. Te trabajas lo que te tienes que trabajar para ser más feliz.
  5. No permites que nadie te haga sentir mal.
  6. Dejas de ponerte de rodillas y te pones en pie para relacionarte con los demás.
  7. Aprendes a poner límites a los demás para que no abusen de ti. Te alejas de la gente que no sabe quererte bien.
  8. Eres menos comprensiva con las personas tóxicas.
  9. Te alejas de las personas violentas.
  10. Aprendes a ver tus fallos sin machacarte, y empiezas a hacer autocrítica amorosa para vivir mejor.
  11. Empiezas a buscar la manera de tener una vida buena, una buena vida para ti y para la gente a la que quieres.
  12. Dejas de exigir o mendigar amor porque sabes que te mereces una relación en la que seas correspondida.
  13. Dejas de ser sumisa y obediente cuando te enamoras.
  14. Le das prioridad a tu bienestar, no a tu necesidad de vivir un romance.
  15. Cultivas tu desarrollo personal para crecer y ser mejor persona.
  16. Cuidas a tu gente y nutres tus relaciones afectivas.
  17. Cuidas tu salud sexual y tu salud emocional.
  18. Disfrutas más del amor que sientes por los demás.
  19. Aprendes a distinguir quién te quiere bien y quién no.
  20. Fabricas tus propias herramientas para liberarte de los patriarcados que interiorizaste.
  21. Te liberas del miedo a la soledad, porque aprendes a hacerte compañía.
  22. Aprendes a decir “no” sin culpa y sin miedo.
  23. Dejas a tu pareja si se porta mal contigo sin sentarte a esperar el milagro.
  24. Tomas conciencia de todas tus virtudes y eres capaz de hablar bien de ti misma delante de los demás.
  25. Evitas situaciones o personas que te hagan daño.
  26. Vas más despacio en tus relaciones sentimentales para conocer bien a la otra persona y saber si la relación va o no va.
  27. Te felicitas por tus logros personales, sean grandes o pequeños.
  28. Construyes relaciones más sanas, igualitarias y equilibradas que te hacen sentir bien y te aportan.
  29. Cuidas más tu relación con el placer y el disfrute, y dejas de anteponer el placer de la otra persona al tuyo.
  30. Te das cuenta de que la única persona que puede cambiar eres tú y dejas de querer cambiar a los demás.
  31. Sabes con mayor certeza lo que quieres y lo que no quieres.
  32. Te comprometes contigo misma y te responsabilizas mucho más de tu bienestar y felicidad.
  33. Te apetece conocer gente nueva y te sientes más segura a la hora de tener nuevos amigos y amigas.
  34. Aprendes a hacerte demostraciones de amor a ti misma: regalos, homenajes, detalles, comidas ricas, horas de sueño, tiempo para hacer lo que más te gusta…
  35. Disfrutas más del sexo, del amor y de la vida, porque valoras mucho más tu tiempo y tu bienestar.

Carta de la hija de Ana Orantes 20 años después del asesinato de su madre

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Raquel Orantes, la hija de Ana Orantes, homenajea a su madre con una carta en la que recalca la importancia de su caso en la lucha contra la violencia machista

Hace 20 años de la muerte de Ana Orantes, la mujer que acudió a Canal Sur a denunciar que su marido la maltrataba y que fue asesinada trece días después.

Por este motivo, su hija Raquel Orantes le dedica esta emotiva carta:

Hola, mamá.

Te escribo en la distancia y pasado el tiempo, pero con la esperanza de que mis palabras lleguen de alguna manera a ti.

Hace ya 20 años que te arrancaron de nuestras vidas. Un desgraciado 17 de diciembre que ha marcado nuestras vidas de tu ausencia y ha llenado de lágrimas cada día. Me gustaría decirte que tu testimonio, ese con el que rompiste un silencio para denunciar un matrimonio de más de 40 años de maltrato, ha quedado marcado en la memoria de un país que hoy en día te recuerda; que muchas mujeres ven reflejado su dolor en tu dolor; que gracias a ese acto de valentía impulsaste, por fin, la creación de una ley integral contra la violencia de género; y que, en muchos casos, denuncias como la que tú realizaste no quedan impunes.

Me gustaría contarte que ni una mujer más ha tenido que abandonar su hogar, como lo hacías tú cuando tu agresor rompía en cólera, con todos nosotros avanzando delante de tu partida. Me gustaría contarte que las sentencias son justas, que los jueces no las siguen “interpretando”. Que al igual que tú, ninguna mujer tiene que convivir con su maltratador, que ninguna mujer, aunque haya roto la relación, tiene que vivir con el miedo de que en cualquier momento su agresor entre en casa. Que ningún hijo o hija tiene que permanecer alerta en sus sueños como lo hacíamos nosotros.

Aún recuerdo con angustia cómo, ante cualquier ruido, me levantaba con ese bate de béisbol que antaño sirvió para el juego, y que transformé en un arma de defensa. Con el número de la policía siempre a mano. Con la desazón de dejarte en muchos momentos sola porque tenía que trabajar. Tu angustia era la mía, cada mañana y cada noche.

Me encantaría decirte que todo ha cambiado. Que hay voluntad política, que las movilizaciones sociales son a una, y que todas las personas que trabajan para que se erradique la violencia hacia la mujer han conseguido avanzar. Ojalá decirte que hoy en día hijos e hijas de mujeres valientes como tú no somos los grandes olvidados de la barbarie.

Desearía contarte que nos protegen, que ya ningún niño ni niña llora en silencio su desgracia, acurrucados como lo hacía yo en la soledad gris y triste de su habitación. Que esos críos ya no son maltratados, mutilados psicológicamente, arrancados de sus hogares, asesinados en muchos casos…

Pero, mamá, eso no es así. Las víctimas, palabra que no me gusta porque somos supervivientes de la violencia -y tú lo sabes mejor que nadie-, siguen siendo las mismas. Siguen asesinando con impunidad; seguimos siendo, desgraciadamente, ciudadanas de segunda; y ley, hoy por hoy, no ha conseguido todo lo que debería.

Sabes que nuestras vidas, como hijos, nunca ha sido fácil. Presenciamos demasiadas peleas y agresiones; muchas de ellas, en carne propia. Sufrimos tanta hostilidad y desprecio de una persona que, se suponía, te quería, nos quería, pero que nos consideraba tan sólo objetos de su dominio, juguetes que manejaba a su antojo. Un ser destructor, autoritario, frío y agresivo en casa, pero gentil y agradable de puertas para afuera. Como decía tu padre, mi abuelo, un “candil de puerta ajena”. Alguien que no mostraba su verdadera faceta, alguien a quien desde bien pequeña no he tenido más que miedo, pavor y, aún sin saber muy bien por entonces su significado, desprecio.

Desprecio por todos esos malos gestos contigo y con nosotros, por esas agresiones que jamás nadie debe recibir de un padre o de un marido. Nuestra infancia se reduce a aquella que disfrutamos a ratos a tu lado, cuando él, a quien no considero padre, se alejaba. Esas temporadas en las que permanecía fuera varios meses, VIVÍAMOS, respirábamos, corríamos por las calles, sin el temor de que llegara. Disfrutábamos tanto… ¿verdad, mamá? De nuestra complicidad, de nuestras escapadas al centro de Granada. También recuerdo las visitas a tu madre, nuestra abuela, la que nos comía a besos y nos contaba historias; a la que veíamos y disfrutábamos tan poco… Un aislamiento impuesto que te separaba de todos aquellos a los que queríamos y que nos querían: tíos, abuelos, hermanos…

Te echo tanto de menos, mamá. Me haces tanta falta… En mis decisiones, en mi camino, en mi vida. Has sido y serás la mujer mas valiente y honesta que he conocido. Me has inculcado valores, y me has educado desde el respeto y el cariño. Has sido capaz de sacar adelante a tus 8 hijos, y has logrado que seamos hombres y mujeres de bien, como tú siempre has querido. Con el orgullo de un apellido, ORANTES, que significa todo.

Cuanto daría, mamá, por que siguieras aquí. Me imagino cuántas veces levantaste tu mirada hacia ese arco de Elvira que vio tu infancia y adolescencia pasar, cuántas veces te perdiste por las callejuelas de Granada. Cuántas veces bebiste en esa fuente que antaño calmaba la sed de los comerciantes que convivían en una calle ahora tan diferente… Cuántas te quedaste rendida, dormida cerca de la pequeña tienda que tu madre regentaba para sacaros a ti y a tus 5 hermanos adelante. Cuántas noches en vela perfilando las mantillas que lucen las mujeres en Semana Santa, cosiendo para poder llevar ese vestido de domingo que soñabas. Tan coqueta y femenina, tan llena de energía. Cuántas ilusiones acogería tu alma, cuántas añoranzas y risas derrochaste en esos tiempos en los que eras solo esa niña que crecía ajena a la desdicha y la sinrazón de su futuro. Cuánto daría por haberte librado de tanto sufrimiento.

A veces recorro la calle Elvira, donde naciste, y el barrio en el que te criaste, y cada vez lo disfruto más. Antes me inundaba la tristeza, pero ahora te imagino y me llenas el alma de tanto amor y tanta dicha de haberte tenido en mi vida que por un momento siento que estás aquí y sigues a mi lado. Mujer valiente donde las haya, mujer con principios. Ojalá estuvieras aquí para poder escribir ese libro que querías, porque como tú decías, tenías experiencias para hacerlo. Te extraño cada día, estás en mí y eso me consuela pero daría mi vida por otro último abrazo tuyo. Te echo de menos y siempre estás en mi pensamiento y en mi corazón. Hasta que nos volvamos a encontrar… Te quiero, mamá.

Fuente: SER. Granada  Revisado 8.1.18